El año 2020 pasará a la historia como el año en que todo cambió.

El Estallido Social nos hizo reflexionar sobre qué tan desarrollados estábamos siendo (o pensábamos que éramos). El COVID 19 nos hace reflexionar lo frágiles que podemos ser, pues las personas más diversas se han contagiado por distintas formas y, lo más kafkiano, es que nos enfrentamos a algo invisible, pero que su huella es perceptible y constatable con la muerte o pérdida de vitalidad que nos afecta, convirtiéndose en un fantasma que está presente sin ser visto.

Este panorama sombrío nos ha llevado a trastornar todas nuestras rutinas y dejar en segundo, tercer o cuarto lugar nuestros proyectos, constatando un nuevo factor que afecta a la salud mental, nos genera incertidumbre por el futuro y por el futuro de nuestro país.

Que pueril resultan ahora las aprehensiones de muchos que veíamos en la Reforma Tributaria 2014/2016 un factor que afectaba las expectativas de los empresarios y que afectaría al crecimiento, cuando ahora las expectativas de toda la población, empresarios, trabajadores y hasta indigentes, están a la deriva y pendientes de un hilo gracias a un virus invisible que puede estar en el suelo o en una baranda de una escalera y que nos puede llevar hasta la muerte.

Solo espero que luego de que todo esto pase, o que todo esto se morigere, podamos volver a valorar a la persona humana y podamos ver en cada uno de nosotros a un Ser Humano que es frágil y que por distintos factores, visibles o invisibles, merece nuestro respeto y valoración, pues sus problemas también son los nuestros y que no sea un Estallido Social o una pandemia la que nos obligue a darnos cuenta de la igualdad que tenemos todos  y que los problemas sociales nos afecta como un país y como un mundo interconectado.

 

Dr. G.R. Pinto Perry
Director del Magíster en Planificación y Gestión Tributaria